En esto último voy a hacer
hincapié. Voy a hablar sobre un deporte muy arraigado en nuestro país, con el
mayor número de licencias y cuna de los mejores profesionales a nivel mundial.
No es otro que el fútbol sala, del cual estoy ’empapado’ con creces al ser
parte activa de un club de la Primera División española. Las estructuras
organizativas se resisten a que este deporte forme parte activa de los Juegos
Olímpicos, ya que al pertenecer a la FIFA lo consideran una rama o ‘subdeporte’
dentro del fútbol. Lo mismo ocurre con el fútbol playa. Si bien esta postura
puede llegar a tener cierta lógica desde lo meramente administrativo, no hay
más que ampliar el radio de los escritorios para ver el verdadero quid de la
cuestión.
Uno de los grandes problemas
que viene arrastrando el fútbol sala en estos últimos años viene a causa de su
comparación con el fútbol grande. Desde el tema que debatimos aquí hasta los
chavales que inician su aprendizaje en el 40 x 20 y luego deciden formarse como
profesionales en el fútbol once. Si bien es cierto que nuestra Liga ha dado un
impulso con las respectivas coronaciones del F.C. Barcelona, y se barajan
varios clubes del balompié para seguir esa línea, lo cierto es que el fútbol
sala debe romper con varios estigmas del pasado. Me refiero puntualmente al
tema estructural de los clubes, aún queda camino para llegar a ese solvencia
que se necesita para ser un deporte fiable y de garantías. El dinero del pasado
ha dado lugar a la necesidad económica actual. Hoy más que nunca es el tiempo
de innovar, de moverse, de invertir lo que se pueda en el organigrama del club
y no en fichajes pasajeros. El fútbol sala puede estar en su punto de
inflexión.
Podríamos seguir con este tema
pero daría para un debate mayor. Volviendo al tema que nos compete, ratifico mi
postura que define al fútbol sala como un deporte diferente al fútbol de campo.
El ritmo de un partido es diferente, los entrenamientos se amoldan a un deporte
explosivo y cada vez más táctico, muchas reglas no son iguales, y así podríamos
seguir un rato largo. Es confortante ver la gran cantidad de seguidores que han
manifestado en las redes sociales y demás plataformas su deseo de ver al fútbol
sala en unos Juegos. Si bien todo apunta que todo seguirá por este camino, los
Juegos de Brasil serían el escenario ideal para el debut olímpico. Nada mejor
que la cuna de nuestro deporte para, de una vez por todas, lograr ese lugar que
nos de ese impulso definitivo hacia el éxito. Sueño y utopía.
@mafdegracia. Jefe de Prensa Inter Movistar Fútbol Sala.
España ha logrado
6 Campeonatos de Europa y 2 Mundiales.
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