miércoles, 1 de agosto de 2012

SENTAR LAS BASES PARA FUNDAMENTAR NUESTRA ILUSIÓN

Nos encontramos inmersos en otros inolvidables Juegos Olímpicos, desde la estructura de organización hasta los récords deportivos que algunos deportistas han logrado magistralmente en estos primeros días de competición. Los mejores deportistas del mundo persiguen su sueño con ese alma amateur que algunos de ellos han dejado de lado por las exigencias propias del deporte que practican. Otros simplemente se encuentran ante su gran cita, puesto que durante el período de olimpiada sus nombres  apenas se asoman en la superficie de la información. Otros, lamentablemente, no tienen siquiera la opción de demostrar puesto que su deporte no se encuentra admitido por el COI.

En esto último voy a hacer hincapié. Voy a hablar sobre un deporte muy arraigado en nuestro país, con el mayor número de licencias y cuna de los mejores profesionales a nivel mundial. No es otro que el fútbol sala, del cual estoy ’empapado’ con creces al ser parte activa de un club de la Primera División española. Las estructuras organizativas se resisten a que este deporte forme parte activa de los Juegos Olímpicos, ya que al pertenecer a la FIFA lo consideran una rama o ‘subdeporte’ dentro del fútbol. Lo mismo ocurre con el fútbol playa. Si bien esta postura puede llegar a tener cierta lógica desde  lo meramente administrativo, no hay más que ampliar el radio de los escritorios para ver el verdadero quid de la cuestión. 

Uno de los grandes problemas que viene arrastrando el fútbol sala en estos últimos años viene a causa de su comparación con el fútbol grande. Desde el tema que debatimos aquí hasta los chavales que inician su aprendizaje en el 40 x 20 y luego deciden formarse como profesionales en el fútbol once. Si bien es cierto que nuestra Liga ha dado un impulso con las respectivas coronaciones del F.C. Barcelona, y se barajan varios clubes del balompié para seguir esa línea, lo cierto es que el fútbol sala debe romper con varios estigmas del pasado. Me refiero puntualmente al tema estructural de los clubes, aún queda camino para llegar a ese solvencia que se necesita para ser un deporte fiable y de garantías. El dinero del pasado ha dado lugar a la necesidad económica actual. Hoy más que nunca es el tiempo de innovar, de moverse, de invertir lo que se pueda en el organigrama del club y no en fichajes pasajeros. El fútbol sala puede estar en su punto de inflexión.

Podríamos seguir con este tema pero daría para un debate mayor. Volviendo al tema que nos compete, ratifico mi postura que define al fútbol sala como un deporte diferente al fútbol de campo. El ritmo de un partido es diferente, los entrenamientos se amoldan a un deporte explosivo y cada vez más táctico, muchas reglas no son iguales, y así podríamos seguir un rato largo. Es confortante ver la gran cantidad de seguidores que han manifestado en las redes sociales y demás plataformas su deseo de ver al fútbol sala en unos Juegos. Si bien todo apunta que todo seguirá por este camino, los Juegos de Brasil serían el escenario ideal para el debut olímpico. Nada mejor que la cuna de nuestro deporte para, de una vez por todas, lograr ese lugar que nos de ese impulso definitivo hacia el éxito. Sueño y utopía.

@mafdegracia. Jefe de Prensa Inter Movistar Fútbol Sala.


 España ha logrado 6 Campeonatos de Europa y 2 Mundiales.

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